
Mucha represión para ellas por parte de la religión y del régimen de gobierno. Para nosotros como turistas, realmente no nos afecta pero si tenemos que vestirnos las mujeres de acuerdo a lo que marca la ley, es decir, manga larga, vestido que cubra por arriba de las rodillas, pantalón y scarf. Como hace mucho frio, no hay problema, solo que a veces te enredas entre el abrigo, el scarf, la cámara, la bolsa, etc.

Por dentro son zonas extensas sin figuras ni cuadros, no hay nada, la única decoración son los tiles. El piso está cubierto de alfombras persas casi todas en tonos de rojo, una junto a otra y en la entrada hay un recipiente con pequeñas piedras, planas que pueden ser cuadradas o redondas de aprox. 3 a 4 cm que utilizan para rezar, la gente se hinca, se flexiona totalmente, pone la piedra en el piso y ahí apoya su frente, haciendo esto varias veces.
Hay otro tipo de mezquitas que tienen una tumba adentro en el centro de ella, a esos les llaman Shrines, es igual la estructura arquitectónica, solo con la tumba en el centro, la cual está cubierta por una estructura de metal dorado, como si fuera una reja a través de la cual puedes ver la tumba que corresponde a algún familiar de un Imam, que ha sido algún personaje importante dentro del Islam. La gente se acerca, toca la reja, la besa y reza.
Olvidé mencionarles que evidentemente hay que entrar sin zapatos a la mezquita y en algunas te prestan un chador para que entres, otras no son tan estrictas. También hay entrada para hombres y otra para mujeres. Dentro de la mezquita nunca se pueden mezclar los hombres con las mujeres, pues hay una división que no te permite el paso.

No podría determinar cuál sería el lugar que más me gustó. Ha sido para mí un choque cultural muy fuerte, que a pesar de que a diario platico con mi hija que radica en Teherán (porque a su marido lo enviaron allí de trabajo) y ella me cuenta como es la vida en este país, no ha sido lo mismo escucharlo, que vivirlo y enfrentarlo. Me siento muy afortunada de haber podido tener la experiencia de conocer este país, que de no ser porque mi hija vive aquí, jamás se me hubiera ocurrido visitarlo.

Yo rápidamente me aprendí los números aunque no es cosa fácil. Tienen dos maneras de escribir el 4 y hay que andar adivinando. En los restaurantes te ríes mucho cuando pides la carta, pues no entiendes nada, parece que todo está en Graffiti, jajajajaja.
Fuimos aprendiendo sobre la marcha. La moneda es el Rial, pero también te lo pueden decir en Tomans o en dólares, así que hay que andar adivinando cual es el precio real de las cosas. Ellos tienen su calculadora y cuando les preguntas los precios te lo escriben en la calculadora y ya solamente les preguntas si son Riales o Tomans.

Aquí en Teherán es diferente, aunque de los Kebabs en los restaurantes no te salvas, pero hay más variedad. Anoche para despedir a mi hijo que regresaba de vuelta a México, fuimos a cenar a un restaurante muy occidentalizado, había una comida deliciosa, imposible de decirles como se llama, pero hacen muchos platillos con berenjena (aubergin) y yogurth.
En general hace mucho frio, sobre todo en Isfahán (donde casi morimos congelados) y en Teherán; en otras ciudades que visitamos no es tan incómodo, aunque sí hay que estar bien abrigados.
Hoy por la mañana cuando me levanté, me encontré con un panorama blanco maravilloso y una nevada copiosa. Así que también ahora gozamos el espectáculo de la nieve.
Ahora me preparo para una nueva experiencia, el jueves nos vamos a Dubai!!!
Ya les platicaré...
Por: Rocío Arredondo.
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