
El día de Muertos en Janitzio, Pátzcuaro, Michoacán... es todo un espectáculo: una islita, con su pueblito típico, su gente de la etnia purépecha y la laguna de Pátzcuaro como entorno; sus pescadores en sus canoas y redes que parecen grandes mariposas sobre el agua... es una experiencia hermosa.
Ubicado en el extremo centro occidente de la República Mexicana, el estado de Michoacán de Ocampo toma su nombre del náhuatl, que significa “Lugar de Pescadores” y del prócer de la República, Don Melchor Ocampo. Fue cuna del imperio purépecha que se extendió por casi todo el centro de la República Mexicana. La belleza de sus ritos, su folklore, gastronomía, el color de sus artesanías y la hospitalidad de su gente lo hace lugar para visitar.
Janitzio es una de las islas del lago de Pátzcuaro, ubicado en el Estado de Michoacán, México. Es la más importante de las cinco islas del lago de Pátzcuaro.
Su nombre original purépecha es Janitsïo o Flor de trigo o maíz.

La isla se puede visitar yendo en barca desde Pátzcuaro. El visitante puede disfrutar durante una corta travesía de la actuación que realizan los pescadores en sus barcas, como rememoración de la pesca que se hacía antiguamente. El despliegue de las artes de pesca (redes en forma de mariposa) en un momento determinado es un espectáculo muy bello.

Alrededor del lago existen unos cuantos pueblos purépechas:
• Tzintzuntzan. Está en la orilla oeste, a unos 15 km desde Pátzcuaro. Es la antigua capital tarasca. Tiene 5 yacata o templos. Antiguamente pescaban con redes de mariposa. En el siglo XX capturaban los peces con cheremuka, una red izada verticalmente. Aquí hay un mercado de objetos de paja y cerámica de color verde y negro.
• Escalante, con metalurgia del cobre.
• Erongaricuaro, lugar tranquilo y pintoresco con poco turismo. Tiene una bonita plaza porticada.
• Uruapan. A 30 km de aquí está el volcán Paricutín que inició de nuevo su actividad en 1943, engullendo unos cuantos pueblos. Toda la ciudad parece un jardín. En los alrededores, aunos 10 km se puede visitar el Parque de Cupatitzio y la cascada de Tzararacua.
En las áreas de los lagos de Pátzcuaro y Zirahuén, la fiesta dedicada a honrar la memoria de los muertos se manifiesta con todo su esplendor.
Día de Muertos en México,
A Través de los Ojos del Alma- Michoacán-
por Eduardo Merlo Juárez (Arquéologo mexicano )

El calendario ritual señala dos ocasiones para la llegada de los muertos. Cada una de ellas es una fiesta de alegría y evocación. Llanto o dolor no existen, pues no es motivo de tristeza la visita cordial de los difuntos. La exagerada hospitalidad de los mexicanos es proverbial. Ésta se manifiesta a la menor provocación, aún más si los visitantes son sus parientes ya fallecidos. Hay que deleitarlos y dejarlos satisfechos con todo aquello que es de su mayor agrado y asombro: la comida de alli surgen los hermosos altares.
Cualquiera que tenga la fortuna de apreciar todos los preparativos y la magnificiencia de la Celebración de Día de Muertos, en Janitzio o en Pátzcuaro, se lleva una experiencia inolvidable.
Cacería de Patos con Fisga
Entre las tradiciones únicas de esta región esta el pato enchilado. Tradicionalmente la cacería de pato es realizada por la gente del lugar desde una canoa y cazado en el aire con una fisga.
Vigilia en el Cementerio
Tan única en esta región es la vigilia en el cementerio el 1 de noviembre. Mujeres y niños, en la isla de Janitzio, son los únicos permitidos dentro del cementerio para realizar la vigilia nocturna. Mientras que los hombres los esperan a la entrada.
La importancia del Arco
Sobre la tumba es colocado el arco. Adoptado de los misioneros, la cruz indígena que lleva el arco simboliza el fuego, el sol y venus, como sacerdote y mensajero. También representa el número cinco con un punto en cada esquina y uno en el centro. Las esquinas simbolizan los punto cardinales, y el del centro representa al sol. La unión de esos cinco puntos coincide con dos líneas que se cruzan.
Ésta es sólo una pequeña introducción de la celebración en el estado de Michoacán. Para mayor información, vea el libro de Mary J. Andrade, A Través de los Ojos del Alma.
La Velación de los Angelitos.
El 1 de noviembre, al amanecer, los niños toman el lugar central. Abrigados para protegerse del frío, siguen a sus padres al cementerio donde se llevará a cabo la velación. Durante tres horas, en las tumbas de sus hermanos y hermanas fallecidos, ellos velarán mientras que sus padres los miran desde el filo del cementerio

"La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera." José Guadalupe Posada
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